Recorrido de A.N.

Trayectorias en transporte público

Recorrido de A.N.

A.N. viaja 36 kilómetros acompañada de su hijo para llegar a su empleo. Su hijo tiene una discapacidad neurológica. A.N. tiene además una lesión en la espalda. Constantemente es atacada en el transporte público por utilizar los asientos para personas con discapacidad puesto que a su hijo “no se le nota la discapacidad”.

A.N. tiene 43 años y trabaja como empleada doméstica dos días por semana en dos casas diferentes. Los días que le toca ir la colonia Parques del Auditorio, Zapopan, atraviesa completamente la ciudad pues ella vive en Chulavista, Tlajomulco. Esos días, sale junto con su hijo a las 8:15 a.m. después de haber dejado lista la comida para su otra hija. Camina un par de cuadras hasta la parada de autobús. Allí espera en promedio 10 minutos, aunque algunos días el autobús puede tardar hasta 20 minutos en pasar.

Si tiene suerte, el autobús tendrá desocupado alguno de los asientos amarillos y su hijo puede ir sentado. Para él, el recorrido en transporte público es cansado y estresante. En el autobús atraviesan Chulavista, Santa Fe, La Calerilla y la Gigantera hasta llegar a Periférico Sur. Se bajan en la parada de la estación del Tren Ligero de Periférico Sur, una hora después de iniciado el recorrido. Caminan unos 200 metros entre filas de personas que esperan autobuses, entre puestos de comida y de ropa, y de autobuses que van y vienen. El espacio es caótico y es difícil orientarse. A.N. camina despacio tomando a su hijo de la mano.

Los ataques a A.N. en el autobús por el uso de los asientos amarillos son frecuentes. Las personas cuestionan que su hijo utilice el asiento e incluso intentan levantarlo, lo cual puede alterarlo. Ella algunas veces responde explicando el tipo de discapacidad que tiene su hijo, pero algunas veces simplemente los ignora. A.N. se siente frustrada ante estas situaciones. Ella, que también tiene una lesión en la espalada, a veces también utiliza los asientos por el dolor recurrente que vive y para estar cerca de su hijo y asistirlo en caso de que necesite algo. Sin embargo, en múltiples ocasiones evita hacerlo, puesto que sabe que eso la hará más susceptible a los ataques.

Dentro de la estación del Tren Ligero de Periférico Sur, A.N. y su hijo se sienten con más tranquilidad debido a que el espacio está más ordenado y limpio. Allí esperan pocos minutos y se suben al tren. En el tren recorren completamente la línea dos, un total de 18 estaciones. Normalmente, al menos su hijo puede ir sentado en el asiento amarillo. En este espacio se siente más segura, incluso siente que la gente se comporta de manera diferente que en el autobús, aun cuando son las mismas personas.

Después de 45 minutos de viaje en tren, A.N. y su hijo se bajan en la estación Periférico Norte. De allí caminan alrededor de 15 minutos despacio y de la mano hasta el lugar de trabajo de A.N. El tiempo total de su recorrido es de 2 horas y 15 minutos aproximadamente.

A.N. comenta que decidió trabajar en ese lugar puesto que estas zonas le pagan más que si realizara la misma labor por su casa. Además, ella vivió y creció en ese barrio, su familia sigue viviendo allí y en general conoce a muchas personas y se siente en confianza. Por estas razones decide realizar el recorrido. El dinero que gana lo utiliza sobre todo para satisfacer las necesidades de sus hijos.

A las 5:30 p.m. A.N. termina de asear la casa en donde trabaja e inicia su recorrido de regreso. Camina un par de cuadras hasta la parada del autobús y espera entre 15 y 20 minutos a que pase el transporte. Esta ruta va generalmente llena y tiene que lidiar con el hacinamiento y los empujones. Si tiene suerte, logra un asiento para su hijo. El autobús realiza un recorrido lento, de una hora, hacia el centro de la ciudad. Ahí se bajan y se forman en una fila que tarda entre 20 y 30 minutos para subirse al siguiente autobús. Si tienen mucha prisa y cansancio, se suben al autobús aunque no les toque asiento, sino, esperan al siguiente para ir más cómodos en un recorrido que les tomará aproximadamente dos horas.

A.N. alterna sus trayectorias entre el recorrido en autobús y tren ligero y el recorrido de sólo autobús dependiendo de sus medios económicos. Aunque ambas trayectorias implican tomar dos transportes, el recorrido en tren ligero es más costoso.

Las barreras que A.N. enfrenta principalmente son físico-espaciales, económicas y organizacionales. Las barreras físico-espaciales se hacen evidentes en la distancia que debe recorrer para llegar a su empleo y las múltiples carencias en la infraestructura de los autobuses y las calles. Las barreras económicas conllevan que tenga que realizar recorridos más largos y cansados debido a que son más baratos. Y las barreras organizacionales se relacionan sobre todo a su rol de género. Ella se encarga de todo lo relacionado con el cuidado diario de sus dos hijos: alimentación, escuela, salud, etc.

Nota: La clasificación de las barreras se realizó de acuerdo con la conceptualización realizada por Jirón y Mansilla (2013). “Atravesando la Espesura de la Ciudad: Vida Cotidiana y Barreras de Accesibilidad de los Habitantes de la Periferia Urbana de Santiago de Chile”. Revista de Geografía Norte Grande, 56: 53-74.